jueves, 11 de junio de 2009

El cuervo

El viento cálido y húmedo soplaba en aquel atardecer del pueblo fantasma. El peluquero estaba barriendo la polvorienta entrada de su salón mientras unas gotas de sudor perlaban su frente. Barría mecánicamente por entretenerse, finalizando una jornada más en la que no había visto a nadie por las calles. Hacía mucho calor para salir y en aquel pueblo cada vez quedaban menos habitantes con los que encontrarse. Hacía tiempo que los últimos que podían, habían abandonado aquel rincón de desesperación.

Sacó una botella del bolsillo de su delantal y bebió con un largo trago mientras maldecía su suerte. El viento ululaba mientras pensaba en todas las ocasiones en las que podía haber salido de aquel agujero. Bebió otra vez y cuando abrió los ojos lo vio. Allí estaba.

Era un gran cuervo negro, posado en la barandilla. El viento agitaba sus plumas mientras lo miraba fijamente. –Maldito cuervo- gritó. El cuervo ni se movió. Había algo en aquel animal que le resultaba familiar. Trató de recordar tras la niebla del alcohol…



Sí, unos meses atrás… conducía por la carretera todo borracho como siempre. Se había detenido en la entrada del desierto para dispararle a unas botellas. Era el único pasatiempo que se podía permitir en aquel pueblo perdido. Mientras apuntaba, había visto posados en un poste de telégrafo a una pareja de cuervos. Alzó su escopeta y apretó el gatillo. El estampido del disparo rompió la calma del desierto. Sangre negra en el suelo. Una de las aves yacía muerta. Miró a la otra alzar el vuelo y se dio cuenta que una de las postas había reventado uno de los ojos de aquel animal.

Sí, era el mismo cuervo. Su ojo vacío lo delataba.

–Maldito- volvió a gritar. –Veo que tu y yo somos los únicos que quedamos en este pueblo miserable- El viento cálido azotaba su cara. El cuervo graznó impasible mientras apuraba otro trago.

Le lanzó la botella. El cuervo seguía allí. Hierático, impasible en la soledad.



El peluquero se giró y avanzó tambaleándose al interior de su establecimiento mientras volvía a maldecir. Se sentó en su butacón, la niebla del alcohol le daban ganas de cerrar los ojos. De repente, un aleteo extraño le sacó de su sopor.

El gran cuervo negro le miraba desde lo alto de un armario.

-Maldito seas –gritó- ¿Cómo has podido entrar aquí? Cogió un bote de la mesa y se lo lanzó. El cuervo aleteó un poco pero el bote le pasó de largo. Un graznido sonó en la sala.

Las palabras salían espesas de la boca del peluquero – Acabaré contigo, maldito animal. Cogió la escoba y se subió a la butaca para poder para golpear al infame ave.

Otro graznido. La cuenca vacía observaba y esperaba.

El sillón cedió bajo el peso, el peluquero cayó en mala postura. Un crujido horrible se oyó al caer al suelo. El peluquero yacía inmóvil en un ángulo extraño. Un dolor terrible en la mitad de su espalda le hacía presentir que algo iba muy mal. No se podía mover. Empezó a oscurecer.


El peluquero maldecía su suerte – Todo por este maldito cuervo, no puedo moverme…¡Maldito, maldito! – gritaba angustiado.

El cuervo lo seguía observando. Un brillo extraño en su único ojo delataba que estaba escrutando a aquel cuerpo inmóvil del suelo. Graznó de nuevo.

Pasó un buen rato, la penumbra reinaba en aquella habitación. –Nadie vendrá a por mi- lloraba el peluquero- solo tengo a este pájaro del infierno como compañía.

Se fijó que el cuervo se había acercado un poco. - ¿Y tú que quieres maldito animal? ¿Reírte de este pobre diablo inválido de por vida?

El peluquero empezó a cantar, hacía rato que los efectos del alcohol habían pasado. Solo podía girar la cabeza, pero del cuello para abajo no sentía nada. Hasta el dolor habia pasado. El cuervo se encontraba a un metro. El peluquero no podía apartar la mirada de aquel ojo vacío, una angustia empezó atenazarle la garganta.

Ese cuervo, ese animal de pesadilla parecía que estaba esperando algo. Su negro y repulsivo pico se entreabría como en una mueca siniestra.




Pasó un buen rato. ¿Se había dormido? No lo sabia, pero sentia un movimiento muy cerca de él.

La pavorosa ave se había subido a su pecho. Sus garras apretaban su camisa mientras emitía un sonido ahogado.

Entonces miró a aquel ojo vacío y de repente lo comprendió todo. Cuando el cuervo le devolvió la mirada entendió que aquel pájaro era un enviado de la venganza, entendió que no saldría jamás de aquella habitación y que aquel pico afilado sería lo último que vería en su vida.

Un horrible gritó desgarró la noche en aquel pueblo fantasma. Después no se oyó nada más que un graznido apagado de un pájaro de la noche.

"Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!"

The Raven - Edgar Allan Poe (1809-1849)


Música: "The raven" por Alan Parsons Project. Escúchala usando la radio de este blog

5 comentarios:

Carlota dijo...

Interesante...muy interesante... Yo creo que es por el calor, en la mayoria de los pueblos fantasmas que yo me he imaginado, hace calor... Un pueblo fantasma y calor...mal presagio...

Ahora en serio, me ha gustado mucho, pobre peluquero..más vale que para la próxima estará tan vivo como siempre :)

Besicos vecino

Helix*Rehula dijo...

uhy adoro ese poema.. primera vez que visito tu espacio, pero me ha encantado.
Gracias x ponerme en tus links.. ahorita mismo voy a ponerte en los mios.

Y me estaré dando vueltas a leerte..
=)saludos desde México.

Lluna dijo...

Lo de los dos cuervos y la mirada no ira por Morri ni por mi no????
jajajajaja
Buen relato

Morrigan Mathy dijo...

Con la miradita de nenas buenas que tenemos Mariam y yo.... jooo..
Un relato precioso, escalofriante,....
Besazos Al....

Lluna dijo...

holaaaaaaaa este es un mensaje para nanak, que en su blog nunca me deja escribir, creo que me tiene baneada o muteada jajaja.
decirle que me alegro mucho que todo haya ido bien, que la velita a la xeperudeta ayudo. darle muchos besossssssssss de mi parte